"No era un día para acelerar, el team manager me ordenó cuidar la moto y no desgastar el físico. Tenía una buena cuenta de ahorro en minutos y decidimos usarla", explicó el chileno
El chileno dejó que los demás tomaran riesgos en la cuarta etapa de Nasca a Arequipa, y pilotó cauto por los 285 kilómetros de sección selectiva, que marcaron el triunfo del español Joan Barreda y el paso del francés Olivier Pain a la cima de la tabla general.
"No era un día para acelerar, el team manager (el español Jordi Arcarons) me ordenó cuidar la moto y no desgastar el físico. Tenía una buena cuenta de ahorro en minutos y decidimos usarla; mañana iremos un poco más encima de los franceses de adelante", explicó en la base de Arequipa.
El excesivo calor, la arena suelta y al final zonas empedradas, representaban un peligro que el curicano evitó enfrentar a alta velocidad. "El rally se corre con cabeza fría, en la segunda etapa pagué harto tiempo por perder la calma en un punto. Estamos haciendo una buena carrera, me siento fuerte y sigo presionando adelante", concluyó.
Arcarons indicó que "tenemos un plan y lo llevamos a cabo si podemos. El Dakar no lo gana el más rápido ni el más fuerte ni el más astuto. Se lo lleva el que sabe legar cada día al bivouac sin problemas y no falla en la navegación".
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