Una cosa es la estadística. Y otra, la competición in situ, con el nervio
que implica. Pero sin dudas que las cifras históricas marcan una tendencia.
Y en el caso de Tomás González, esta tendencia le permite pensar en medalla en ambos aparatos. Sobre todo en salto, si se tiene en cuenta que fue tercero en las clasificaciones. Y es que, ya abrochada la brillante
clasificación a las finales de suelo y salto en los Juegos de la XXX
Olimpíada Londres 2012, el gimnasta tiene por delante una competición nueva, donde todo parte de cero. Pero en la que, pese a ello, las estadísticas marcan la tendencia.
En este caso, si se consideran los resultados de las grandes series
mundiales de los últimos cuatro años, vale decir los Olímpicos 2008 y los
Mundiales 2009, 2010 y 2011, además de los puntajes alcanzados ayer en las
clasificaciones, y se considera además el hecho de que en las finales los
puntajes mayoritariamente son más bajos que en la etapa de qualy, la
proyección estadística promedio que arroja todo este ejercicio combinado,
indica claramente que el chileno se ubica en la zona que va entre el bronce
y el cuarto lugar en los dos aparatos.
En cuanto a suelo, un vistazo a la tabla corrobora que según los últimos
cuatro grandes torneos globales mencionados, con un promedio estimado de
15.800 puntos se postula al oro. Y si a eso se agrega el hecho de que el
primer clasificado ayer lo hizo con 15.833, ello indica que con una cifra
por levemente sobre los 15.800 se lograría el oro en Londres 2012. Para el
bronce, el estimado que combina todos estos factores es de 15.600, mientras
que para el cuarto lugar la estimación es de 15.550. Y como Tomás González
hizo en las clasificaciones 15.533, claramente se ubica en la zona de
proyección entre el tercer y el cuarto lugares.
En cuanto a salto, el estimado para el oro es de 16.500. Para el bronce, de
16.250. Y para el cuarto lugar, de 16.100. Y como el gimnasta criollo sumó
16.149 en las clasificaciones, su proyección se orienta hacia el cuarto
lugar. Pero el hecho de haber sido tercero en las clasificaciones también
pesa y sube sus posibilidades hacia la zona del bronce.
Por cierto, los puntajes de las finales son por lo general menores que las
de las clasificaciones, dado que la pugna es mucho más fuerte en las
clasificaciones en busca de asegurar la final. De hecho, en Beijing 2008 el
último clasificado a la final de suelo entró con 15.600 y el último
finalista sumó 14.125. Y en salto, el último clasificado a la final fue con
16.075 y el último finalista logró 15.737.
De esta forma, cuando Tomás González entre a la arena de competición, más
allá de sus lugares tercero y sexto con que clasificó a la finales de suelo
y salto respectivamente, es la proyección que combina todos los posibles
factores la que ofrece reales posibilidades al chileno de optar a la zona
que va entre la medalla y el cuarto o el quinto lugares en los dos eventos.
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