Precedida de su récord sudamericano de 8.27,90 minutos (2009) en los 800 metros libre, Kristel Köbrich entrará el 2 de agosto a la piscina londinense tras la mejora de ese registro. Pero, cuidado, porque si lo logra, una marca cercana a los 8.27,00 minutos podría dejarla en la final olímpica para las ocho mejores, porque justamente en ese rango las estadísticas señalan que se podría lograr final. Si la chilena exhibe un buen desarrollo láctico, de su velocidad, en los puntos críticos de la carrera, como son el inicio y la llegada, puede conseguirlo. Desde ya, este domingo por la mañana correrá los 400 metros libre en busca de alistar su gran ingreso a las aguas de fondo.
El objetivo de Kristel Köbrich en Londres 2012, sus terceros Juegos Olímpicos (fue 15ª en Atenas 2004 y 20ª en Beijing 2008), suena simple. Pero en realidad encierra la que podría ser una posibilidad histórica para la máxima fondista chilena de todos los tiempos. Y es que, tal como dijo esta tarde su entrenador Daniel Garimaldi, la meta de la nadadora es “mejorar su record sudamericano de 800 metros, ese es el objetivo número uno. Y vamos a ver hasta dónde lo puede bajar’’.
Pero el hecho es que esta meta, lejos de sólo reconfirmar su reinado actual en la tabla subregional para los 16 largos de piscina con sus 8.27,90 de 2009, la podría llevar nada menos que a la final olímpica. Y es que, como indican las estadísticas de los máximos torneos planetarios desde 2008 a la fecha, si la chilena borde los 8.27,00 minutos tiene posibilidades reales de entrar en la final para las ocho mejores. De hecho, este domingo nadará los 400 libre en busca de abrirse camino para los 800 metros.
Los cronos para entrar en una final de megaevento son claros: en los Olímpicos de Atenas 2004 la octava clasificada a la final cronometró 8.34,15; en Beijing 2008, 8.25,91; en el Mundial Shanghai 2011, la octava clasificada a la final entró con 8.28,75; y la octava del ranking mundial 2012 figura con 8.26,90. De modo que la combinación de todas estas cifras de final permiten indicar que con una muy alta probabilidad el registro necesario para ingresar a la definición para las ocho mejores en Londres 2012 será de 8.27,00 y fracción. Y de ahí hacia abajo.
Es con este panorama que deberá entrar en las aguas olímpicas la gran estrella de la natación chilena de todos los tiempos, la magnífica fondista Kristel Köbrich. Su mejor registro está en los 8.27,90 con que fue octava en empate en las clasificaciones del Mundial Roma 2009. Es un rango de marcas que no ha repetido, pues su mejor registro del año pasado es de 8.28,76 y este año va 24º en el ranking mundial con 8.31,09. Pero, ojo, que su maximarca de 8.27,90 la tendría este año nada menos que en lugar 12 del listado anual y ese es un gran antecedente para Londres.
Para entrar en la final olímpica es condición sine qua non que la chilena regrese a sus mejores registros y que ojalá sea capaz de bordear en las clasificaciones en Londres los 8.27,00 porque eso le abriría claramente las aguas. De manera que si logra batir su récord sudamericano, es decir, rebajar los 8.27,90 eso equivaldría a acercarse concretamente a una final.
¿Qué necesita la chilena para lograr ese rango de marca y optar así a una final histórica?
Lo cierto es que, para Kristel Köbrich, el dominio del tema aeróbico, es decir de resistencia, es absoluto. Pero no así en la esprintada, es decir, en las fases de la carrera que requieren de velocidad, como son la largada y el cierre de la prueba. En el Mundial de Roma 2009, cuando logró su gran marca de 8.27,90, ese crono se debió especialmente a su tremendo trabajo de sprint que le permitió acercarse a las líderes.
Y para tener velocidad, la condición láctica es vital. En los 800 metros libre, pese a ser una carrera de endurance acuática, la clave además de la resistencia obvia basada en la capacidad aeróbica, es ni más ni menos que la velocidad: lograr un arranque y una llegada rápidas son ley, porque es en esos puntos, la salida y la llegada, donde en los anteriores Juegos sus rivales le han sacado mayor ventaja.
Son puntos especiales en lo técnico, con zambullida (menor cantidad de metros nadados) y llegada respectivamente, pero más allá de ello, la comparación entre los cronos de cada nadadora arroja conclusiones vitales: si consideramos como ejemplo los resultados de las clasificaciones del Mundial 2011, los parciales cada 50 metros dan cuenta de que es justamente el primer “50’’ donde las líderes establecen su ventaja comparadas con el resto: la ganadora de la etapa estableció un parcial de salida de 29.30 segundos para ese primer medio hectómetro; la segunda, 29.42; la tercera, 29.90; y Köbrich, quien fue novena en la carrera, marcó 30.40 para ese primer tramo: más de un segundo atrás de la mejor.
En cambio, si la comparación se hace en el octavo “50’’, a la altura de los 400 metros, y ya en un nado pleno de resistencia, claramente las diferencias se acortan a favor de la chilena, porque lo que pesa es la capacidad aeróbica: la líder anotó 31.78; la segunda 31.43; la tercera 32.24; y Köbrich 31.95, a apenas 18 centésimas de la mejor. Brillante.
Pero, si vamos al último “50’’, nuevamente la velocidad de las fondistas se vuelve vital: la puntera registró 29.51; la segunda 30.38; la tercera 29.89; y Köbrich 30.91, a un segundo y medio de la ganadora.
La excepción que confirma claramente esta regla la ofrece la misma Köbrich: en el Mundial de Roma 2009, cuando logró su gran marca de 8.27,90, ese crono se debió especialmente a su tremendo trabajo de sprint que le permitió acercarse a las líderes. La primera clasificada a la final anotó entonces 28.96 en el primer 50 y Köbrich excelentes 30.08 a sólo 12 centésimas; en el octavo parcial de 50 metros, a la altura de los 400, donde la ley imperante es la resistencia, la primera anotó 31.83 y Köbrich 32.23 a sólo 40 centésimas; y en el último 50, la primera registró 31.45 y Köbrich 30.84, ya con menos capacidad de esprintada.
Como conclusión: el gran trabajo de entrenamiento de la chilena Kristel Köbrich puede verse coronado con un gran resultado si ha sostenido su enorme y mil veces probada resistencia. Y si además la acompaña la velocidad que otorga un buen trabajo láctico, el panorama puede ser sumamente auspicioso para la gran nadadora criolla en Londres 2012.
Entonces, cuando el próximo de agosto Kristel Köbrich ingrese a las aguas en busca de mejorar su récord sudamericano, lo cierto es que en ese intento se jugará también reales posibilidades de conseguir una final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario